ANDALUCÍA DURANTE LA GUERRA CIVIL
EL ASESINATO DE BLAS INFANTE

JUAN ANTONIO LACOMBA

Fundación Blas Infante, Sevilla, 1987.

Portada del Libro

Llevo algún tiempo estudiando la historia de un personaje andaluz que me ha llevado necesariamente a recabar información sobre una etapa muy negra de la historia. Este libro de Juan Antonio Lacomba se lee estupendamente y creo que es muy recomendable para el que quiera lanzarse a estudiar la guerra civil española. Se explica la importancia de las ciudades de Cádiz y Sevilla para el éxito de los militares sublevados, la represión y derramamiento de sangre en todo el territorio andaluz, especialmente en los primeros días y en ciudades como Sevilla, la importancia de la actuación del general Queipo de Llano y termina con el apresamiento y asesinato de Blas Infante con testimonios de la propia familia.

EXTRACTOS DEL LIBRO
Leído en marzo 2016.

Las "visiones" ofrecidas eran, en generasl, practicamente simétricas, pero contrarias. Se desencadena, así, una mutua atribución de horrores(tema éste que persistirá después de concluida la contienda). Los "unos" publicaban, en ocasiones, mintiendo, exagerando o deformando, las barbaridades que cometían los "Otros". Los testimonios al respecto, sobre los hechos, sobre las verdades, podrían ser inacabables. (pág. 19)

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Había el mismo golpe quedo dado a la puerta de la casa confortable o de la humilde, el mismo arrastar de pisadas en el jardín lleno de sombras o en el rellano de la escalera, el mismo murmullo fúnebre, que un condenado escucha desde el otro lado de la pared, con el oído pegado a la cerradura y el corazón crispado de angustia. "Síganos...". Las mismas palabras a la mujer turbada, las manos que recogen temblorosas las prendas familiares... y el ruido del motor que continúa roncando abajo, en la calle... Se mantiene la esperanza, mientras no se abandona la carretera principal. Pero, de pronto, la camioneta aminora la marcha y enfila dando bandazos el vacío de un camino de tierra. "Desciendan"... (pág. 20)

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En la zona "nacionalista" la represión sistemática fue "inducida por los caciques locales, pero practicada con la aquiescencia de los mandos militares, único poder realmente existente en la zona sublevada, si bien era ejecutada básicamente por falangistas..., grupos cívicos, guardias civiles y fuerzas paramilitares". Se centró "en la clase política republicana y en los grupos y sectores afectos al Frente Popular"; también incidió duramente sobre escritores e intelectuales. Por su parte, en la zona republicana, la represión se dirigió contra "caciques, empresarios, sacerdotes, burgueses o católicos" a los que se englobó bajo la común denominación de "fascistas". (pág. 24)

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"La consigna de los insurrectos, estampada en instrucciones impresas que se han encontrado a algunos de sus jefes al caer en poder de las fuerzas leales, es la del más impío exterminio y terror. Tales instrucciones ordenan que se mate sin compasión, no sólo a los dirigentes y obreros de las organizaciones sindicales, sino a los individuos de su familia, para producir un espanto en que se ahogue toda voluntad de defensa". (pág. 26)

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... si hubo tragedia en la guerra es porque antes se dio un levantamiento militar dirigido a suprimir las instituciones democráticas... El eje de las responsabilidades ha de desplazarse a quien provocó la crisis, el grupo de militares alzados, y no a las consecuencias de la misma. (pág. 28)

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a) las listas negras y denuncias/venganzas que conducen a confinamientos y sacas y concluyen, unos casos, con la muerte, en otros, con la prisión; b) los paseos, individuales o colectivos, en buena parte nocturnos, fruto de acciones contra personas concretas o de "sacas" ampliamente indiscriminadas, que desembocan prácticamente siempre en el pistoletazo y la cuneta; c) las ejecuciones "oficializadas", apenas formalizadas, que llevan a la gente al paredón, en donde caerán bajo el fuego de los fusiles. (pág. 29)

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La represión en la "zona nacional" y también , en la zona "republicana", en un principio se hizo sin juicios; en especial, en el verano y otoño de 1936. "Se consideraba, dice H. Thomas, que un hombre fusilado era un hombre juzgado". Luego, se formaron tribunales y hubo simulacros de juicios. Y prosiguieron los pelotones de ejecución... "La justificación legal para todas estas ejecuciones sumarísimas se buscó sencillamente en el estado de guerra que había sido declarado en el mismo día del alzamiento" (págs. 36, 37)

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De todas las regiones españolas (Andalucía), quizás era la que ofrecía un apoyo menos seguro a la "rebelión", por el fuerte arraigo de las fuerzas de izquierda. Hay que señalar que la clave de la sublevación estuvo en el éxito de Queipo de Llano en Sevilla, el mismo 18 de julio. (pág. 49)

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En suma: Andalucía, al concluir el 18 de julio, aparecía rota en dos partes: la "nacional" y la "republicana". En la "zona nacional", el poder militar, encabezado por Queipo, "últimos virrey", impondrá una política de dureza, sojuzgación y represión, prohibiendo los partidos y las actividades sindicales. Falange y Requetes serán los grupos políticos dominantes. En la "zona republicana", el voluntarismo, la represión desorganizada, la irrupción de organismos políticos/sindicales de poder y control, que paradójicamente, ocasionarán actuaciones incontroladas, la desconexión, la improvisación y la carencia d apoyos desde el gobierno central, darán lugar a crecientes problemas y dificultades. (pág. 50)

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...es de resaltar "la escasa resistencia y desorganización de los grupos obreros y campesinos", con lo que se desmoronó el mito del revolucionarismo andaluz... "aunque el el sector más numeroso y más militante del campesinado español, el de Andalucía, llevó a cabo una revolución social en las primeras semanas de la guerra, no consiguió contribuir a que se recobraran las ciudades capturadas por los militares y, en cambio, vio como su revolución era liquidada por ellos". Y una de las razones fundamentales de este hecho es lo que afirma el prof. J. Maurice: cuando estalla la rebelión, la Regional andaluza de la CNT, pese a sus 150.000 adheridos, "no es más que un cuerpo sin cabeza" (pág. 51)

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Muchos de los asesinados en estas zonas de la Península, habitadas por miles de jornaleros sin tierra, tuvieron que sufrir las burlas de sus verdugos, que con chanza les gritaban que "los llevaban a la reforma agraria", aludiendo al trozo de tierra que les iba a cubrir para siempre. (pág. 52)

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En Almería, los partidos del Frente Popular tomaron precauciones ante la sublevación que se esperaba... A la resistencia popular contra la rebelión se sumaron algunas fuerzas militares. La llegada a Almería, el 21 de julio, de un buque de guerra republicano, que conminó a los sublevados a rendirse, hizo que concluyesen los combates, en los que hubo bastantes víctimas. Almería quedó, hasta el final de la guerra, del lado republicano. Durante la contienda, ha escrito R. Salas Larrazábal, "permaneció en una absoluta lejanía de la actividad bélica, en una paz sólo turbada en las jornadas iniciales, inciertas en la capital... La "revolución en Almería estuvo controlada, en buena medida, por los obreros portuarios, que serán principalmente comunistas, y los mineros ugetistas; en consecuencia, se respondió con disciplina a los planes de defensa previstos. (págs. 56,57)

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Ante el avance fascista, miles de habitantes de Málaga y su provincia huyeron por la carretera de las costa. Esta se llenó de fugitivos. Muchos de ellos cayeron segados por las bombas y las balas de la aviación italo-germana que los perseguía en vuelo rasante y por los proyectiles que tiraban los cañones de grueso calibre de la flota franquista. La carretera de Málaga a Almería fue teatro de escenas apocalípticas. (pág. 60)

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Hay tres aspectos a destacar: las detenciones y encarcelamientos; las sentencias de muerte; los lugares de las ejecuciones. Con respecto al primero, se realizaron sin proceso judicial, bastando la simple denuncia. Las llevaron a cabo grupos civiles, en especial, la Falange. En relación con las ejecuciones, unas obedecieron a las sentencias de los tribunales militares, tras proceso sumarísimo, y fueron efectuadas por militares; otras resultaron de la actuación de grupos civiles, y fueron los trágicos "paseos" nocturnos. (pág. 63)

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... es un hecho comprobado que de la cárcel granadina sacaron los "rebeldes" a más de 2.000 "rojos" para fusilarlos. Y la represión se justificará desde el principio, manteniéndose luego el engaño, con la falsa acusación de que los militares se "levantaron" para yugular una revolución marxista-judaica-masónica, que había preparado unas listas para asesinar a más de 5.000 derechistas. En esta vorágine de muertes, se ejecutará en el barranco de Viznar a Federico García Lorca. (pág. 66)

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Sevilla y Cádiz iban a ser puntos decisivos del "alzamiento"; la primera tenía en Tablada un aeródromo clave para crear un "puente aéreo" con África; las segunda, el puerto para controlar el paso del Estrecho... la ciudad (Sevilla) iba a ser, a partir de entonces, el escenario de una fuerte represión, el centro de operaciones de los "rebeldes" en el sur y la cabeza del "virreinato" andaluz, controlado por el propio Queipo de Llano. (pág. 78)

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El propio Queipo relató así la crónica de ese día:
"A las dos menos cuarto de la tarde de aquel día no había francamente sublevados en Sevilla más que el comandante Cuesta, mi ayudante y yo... y algún que otro oficial; a las dos estaban presos dos generales, dos coroneles, un teniente coronel, dos comandantes... A las dos y media se proclamó el estado de guerra; a las tres caían en nuestro poder, prisioneros, muchos agentes del Gobierno, con sus elementos de combate; a las cinco empezó a funcionar la artillería; a las seis estaban bajo mi mando todos los Centros oficiales; antes de anochecido eran prisioneros todas las autoridades del Frente Popular, todos los guardias de asalto que les servían, y pasaban nuestras manos los tanques, blindados y armamentos de que estas fuerzas disponían; a las doce de la noche e rendía al aeródromo de Tablada, din disparar ni un solo tiro". (pág. 80)

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Bertarnd de Jouvenal, corresponsal de París Soir, enviaba una crónica a su periódico en la que, refiriéndose a la actuación de las tropas moras en Sevilla, escribía: "Aquello fue una implacable matanza... cuando, al segundo día, pude contemplar las ruinas, vi hombres entrelazados, ensartados el uno al otro por bayonetas y largos cuchillos clavados hasta la empuñadura"... Ese mismo día declaraba Queipo: "Ya conocerán mi sistema: por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan no crean que se libraran por ello; les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volveré a matar" (pág. 83)

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En los barrios obreros, los soldados de Regulares moros y del Tercio recorrían sus calles de modestísimas casas d una planta y por las ventanas arrojaban bombas de mano, destruyéndolas y matando a las mujeres y a los niños. Las hordas moras se entregaron libremente al saqueo y a la violación. (pág. 86)

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Se ha dicho que la "cuestión regional" fue una de las variables que influyó en el estallido de la guerra civil... Blas Infante era cabeza visible y líder indiscutido del movimiento andalucista... ello fue suficiente "razón formal"... para que su destino, con el triunfo de los "fasciosos", quedase decidido. (págs. 88,89)

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"Yo estaba en la huerta cuando llegaron aquellos hombres vestidos de falangistas. No pude despedirme de él. Rodearon la casa y entraron dos. Mi padre estaba sin afeitar... Se despidió de mi hermana María de los Angeles, seis años, que era su santo y de mi hermano Luis Blas, cuatro años, que estaban agarrados a las manos de mi madre. La pequeña Alegría, tenía diez meses. Tardé mucho en comprender lo que pasaba". (pág. 93)

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"...hacia las once de la noche del día 10 de agosto, junto con algunos detenidos más, era conducido en un camión hacia la carretera de Carmona. En la linde de la antigua Huerta de las Clarisas, al la altura del kilómetro 4, en la noche calurosa de San Lorenzo, mártir de las hogueras de verano, dedos anónimos apretaron el gatillo del crimen y caía fusilado sumariamente el líder del andalucismo... La escena es fácil de imaginar: "una noche estrellada de verano andaluz, sombras de olivos orillando la carretera, el canto de los grillos que se interrumpe al ruido del motor, voces enérgicas mandando bajar, nerviosos y secos golpes metálicos, quiás un sollozo o un rezo o una imprecaución. Y los disparos... Queipo dirá esa noche del 11 de agosto: "Hoy, como los sevillanos, me siento contento y feliz, mi esposa, mis hijos, mi yerno y mis nietos se hallan a salvo y en seguridad..." (págs. 98, 99, 100)

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Para el profesor Tierno Galván la causa del asesinato de Infante, y no creo que vaya muy descaminado, está básicamente, en que "defendió la autonomía de Andalucía", en que "era autonomista", en que "estuvo siempre al lado de los pobres, de los explotados". Todo ello, por tremendo que nos parezca, era en aquellos momentos, y más en Sevilla, motivo suficiente. (pág. 103)

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...la represión de mayor amplitud y dureza, por los dos bandos, fue la desencadenada en Andalucía. No pocos estudiosos del tema se han referido a ella, para explicar su extrema violencia, como la consecuencia de una larga historia de conflictos sociales y de radicales enfrentamientos entre "amos" y "jornaleros", como la resultante inevitable de una injusta estructura socioeconómica... (pág. 117)

Video. Juan Antonio Lacomba