EL MERCADO Y LA GLOBALIZACIÓN
JOSÉ LUIS SAMPEDRO

Ilustraciones de SEQUEIROS - Ediciones Destino, 2010

Portada del Libro

A José Luis Sampedro lo leí por primera vez en un prólogo de un manifiesto titulado Indignaos, de gran importancia para el movimiento originado aquí en España, el 15M. Ese manfiesto lo lanzó en el año 2010 Stéphane Hessel, uno de los redactores de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, y tuvo gran influencia en los movimientos sociales internacionales surgidos a raíz de la crisis del 2008. Escuchas a José Luis Sampedro y confías en él, y es raro, porque siendo Economista lo habitual es que sus razonamientos tienda a avalar las posturas empresariales dándoles un apoyo racional a tanta barbarie cometida en pos del capitalismo o neoliberalismo. Sin embargo, no, Sampedro también es Humanista, y apoyándose en su faceta de Escritor intenta transmitir unos valores que encaminen a esta sociedad a buscar la felicidad de todas las personas, no el enriquecimiento económico de unas cuantas. Nos dejó en 2013, pero antes trabajó para dejarnos todo un legajo de humanidad. Sus obras, a las que animo a estudiar. Sus charlas, a las que animo escuchar.

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EXTRACTOS DEL LIBRO
Leído el 06 de septiembre de 2016.

... lejos de ser el rey en el mercado e imponer su voluntad, el consumidor ha de aceptar las condiciones impuestas e incluso muchas veces cede a hábiles persuasiones, que le convencen de sentir nuevas necesidades, pasando a demandar productos antes no usados que le han sido "revelados" por la publicidad o por la presión social. (pág. 29)

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Cuando, una vez más, alguien nos reptia que "el mercado es la libertad" invitémosle a practicar un sencillo experimento mental, consistente en imaginar que entra en un mercado a comprar pero no lleva dinero. constatará en el acto que no podrá comprar nada, que sin dinero no hay allí libertad, que la libertad de elegir la da el dinero. (pág. 34)

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Y puesto que en el mercado el dinero es el que da la "libertad de elegir" resulta que en el mercado llamado "libre" los poderosos efectivamente eligen mientras que los débiles se resignan con lo inferior o con nada. (pág. 36)

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Con frecuencia las encontramos dominando los mercados dentro y fuera del país (empresas multinacionales o transnacionales) y aliándose con otras afines o complementarias o absorbiendo empresas rivales. Gracias a sus excepcionales medio técnicos y financieros dominantes consiguen créditos y concesiones públicas privilegiadas, influyendo en países cuyos gobiernos tienen menos poder que ellas mismas y presionando incluso a las autoridades de las naciones más fuertes... Su extraordinaria expansión planetaria refuerza al máximo la variedad y el alcance de sus decisiones. Gracias a ellas distribuyen sus operaciones según los criterios más convenientes, desplazando fábricas a países con salarios bajos, trasvasando fondos y contabilidades, eludiendo fiscalidades y legislaciones incómodas, aplastando a rivales locales y consiguiendo cifras de beneficios superiores a muchos presupuestos nacionales. (pág. 41-42)

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Supongamos una escasez en la producción de leche, con oferta escasa y gran demanda, por lo que el precio de ajuste se sitúa tan alto que los pobres no pueden comprar leche para sus hijos, mientras los ricos no tienen problemas para ofrecérsela a sus gatos. (pág. 44)

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Un caso ilustrativo es el de las grandes cantidades de peces capturados en las aguas frías del Pacífico sudamericano, que abastecerían a los hambrientos del Tercer Mundo, si no fuera porque ofrecen mayor beneficio convirtiéndolas en piensos para el ganado productor de carne, destinada a se consumida en países adelantados. (pág. 46)

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Las empresas persiguen una prosperidad reflejada en las máximas ganancias posibles, mientras que el interés común busca fines más variados a los que muchas veces hay que sacrificar el beneficio económico; fines tales como la salud pública, la mejora de la sociedad mediante la educación, el respeto a la naturaleza, la observancia de ciertos valores inmateriales,, el cultivo de actividades estéticas, la cohesión social y, sobre todo, el acatamiento de unas normas éticas de convivencia, entre otras manifestaciones del progreso humano. (pág. 51)

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... la liberalización sólo significa libertad real para los más fuertes con mayor potencia económica. Y como en ese espacio los gobiernos han renunciado al control sobre transferencias financieras, quienes deciden son las grandes instituciones privadas, bancarias o fondos de pensiones o inversión, además de especuladores con nombres y apellidos, dueños de sumas multimillonarias, que utilizan contra cualquier Bolsa o moneda donde encuentren beneficios. (pág. 71)

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Diversos autores y textos han desenmascarado el anacronismo que invalida hoy la teoría liberal por su injusticia distributiva, su ceguera ecológica, su reduccionismo inhumano, sus desviaciones al orientar la inversión y otros aspectos negativos inherentes al intercambio descontrolado. Si toda esa teorí social disidente de la oficial y sus publicaciones son poco conocidas es porque el poder económico dominante y los autores a sus servicio condicionan con aplastante superioridad los medios de comunicación social hasta el punto de ahogar las voces oponentes con sus técnicas manipuladoras de la información y desinformación. (pág. 87)

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... mientras para los grupos globalizadores el objetivo supremo y absoluto es lograr las máximas ganancias (lo demás serán resultados colaterales), los objetores de esa recortada concepción de la existencia quieren dar sentido humano a todos los aspectos de la vida, orientándolos hacia el perfeccionamiento integral de la persona. (pág. 97)

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... ese otro mundo posible: un espacio que abarque todo y para todos, más natural y más racional que el de la reducción economicista. Un mundo racionalmente alcanzable salvo a los ojos de los explotadores aferrados a sus privilegios, e imposible de ver para los cegados por el fundamentalismo del pensamiento único neoliberal. (pág. 98)

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Entrevista de Jesús Quintero a José Luis Sampedro