EN DEFENSA DEL DECRECIMIENTO
CARLOS TAIBO


Portada del Libro

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EXTRACTOS DEL LIBRO
Acabado de leer el 09/09/17

... aunque a primera vista disponer de petróleo es una bendición de Dios, al poco se hace evidente que el beneficio se convierte a menudo en el objeto de la codicia, y en su caso de las acciones militares, de las grandes potencias, con Estados Unidos, claro, en papel prominente. (pág. 39)

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Lo que al cabo hace la industria nuclear es rechazar cualquier horizonte de transformación real de nuestras sociedades: sólo importa el negocio que se deriva de la preservación del capitalismo realmente existente, sin que se abra camino preocupación alguna por la secuelas de éste en el medio y en el largo plazo. (pág. 42)

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Hay que salvar a los cóndores, no porque tengamos necesidad de ellos, sino porque, para salvarlos, nos es preciso desarrollar las cualidades humanas que precisaremos para salvarnos a nosotros mismos. Mac Millan (pág. 52)

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... el crecimiento en los países del Norte, y a menudo también en los del Sur, propicia el asentamiento de un modo de vida esclavo que hace pensar que cuantas más horas se trabaje, más dinero se gane y, sobre todo, más se consiga consumir, mayor será la felicidad. En pequeño pueblo de la costa mexicana un norteamericano se acerca a un pescador que está a punto de echar su siesta y le pregunta: ¿Porqué no dedica usted más tiempo a pescar en el mar?. El mexicano responde que su trabajo cotidiano le permite atender de manera suficiente a las necesidades de su familia. El norteamericano pregunta entonces: '¿Qué hace usted el resto del tiempo?'. 'Me levanto tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, echo las siesta con mi mujer, por la tarde quedo con mis amigos. Bebemos vino y tocamos la guitarra. Tengo una vida plena'. El norteamericano lo interrumpe: 'Siga mi consejo: dedique más tiempo a la pesca. Con los beneficios, podrá comprar un barco más grande y abrir su propia factoría. Se trasladará a la ciudad de México, y luego a Nueva York, desde donde dirigirá sus negocios'. '¿Y después?' pregunta el mexicano. 'Después su empresa cotizará en bolsa y usted ganará mucho dinero'. ¿'Y después?', replica el pescador. 'Después podrá jubilarse, vivir en un pequeño pueblo de la costa, levantarse tarde, jugar con sus hijos, pescar un poco, echar las siesta con su mujer y pasar la tarde con los amigos, bebiendo vino y tocando la guitarra'"(pág. 54)

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... conviene cuostionar por igual el capitalismo, el liberalismo, el socialismo irreal y los conceptos de desarrollo y crecimiento (pág. 59)

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... estamos obligados a afirmar, con Kenneth Galbraith, que "el nivel, la composición y la extrema importancia del producto interior bruto están en el origen de una de las formas de mentira social más extendidas"... las agresiones medioambientales y los procedimientos orientados a frenarlas o corregirlas... los fármacos y las drogas que nos permiten hacer frente al estrés de la vida característica de las sociedades desarrolladas, el gasto militar, los accidentes de tráfico... la propia fabricación de cigarrillos. (pág. 61)

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... "la publicidad nos hace desear lo que no tenemos y despreciar aquello de lo que ya disfrutamos" ... En palabras de Bauman, "además de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía del engaño. Apuesta a la irracionalidad de los consumidores, y no sus decisiones bien informadas tomadas en frío: apuesta a despertar la emoción consumista, y no a cultivar la razón" (págs. 71, 72)

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Carlos Taibo

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Rescatemos al respecto el diagnóstico de Paul Lafargue, el yerno de Marx: "Una extraña locura posee a las clases obreras de las naciones en las que reina la civilización capitalista. Esa locura es el amor por el trabajo, la pasi´n lmoribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de su progenitura" (pág. 76)

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Llamativo resulta, en fin, que Japón, uno de los países más desarrollados del mundo, sea también el que exhiba la mayor tasa de suicidios. (pág. 78 )

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Como bien lo ha señalado Bernard Guilbert, a menudo sucede que "los altermunidstas denuncian el modo de producción capitalista como si fuese exterior a la sociedad, cuando de hecho somos nosotros mismos quienes consentimos su dominación y generamos el beneficio. Tenemos la economía que merecemos. La base de la economía actual está en nuestra cabeza, en nuestro imaginario colonizado por el modo de producción capitalista. Hay que acomenter todo un trabajo de liberación de las mentalidades y del imaginario" (pág. 81)

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Agreguemos el caso, en fin, de una tribu de indios que vivía en la Amazonia. "Para cortar la leña utilizaban piedras afiladas y, en consecuencia, perdían mucho tiempo. Unos misioneros que estaban de visita pensaron que podían ayudar si porporcioaban a los indios cuchillos de buen acero norteamericano. Al cabo de un año los misioneros volvieron y encontraron a los indios charlando tranquilamente a la sombra de un gran árbol. 'Y entonces preguntaron, '¿qué ha pasado con los cuchillos?''. 'Son mágníficos', respondieron los indios al unísono. 'Cortamos la leña diez veces más deprisa'. 'Entonces cortaréis mucha más leña que antes', replicaron los misioneros. '¿Y para qué cortar más leña? Cortamos la misma que antes, sólo que, gracias a ustedes, ahora tenemos mucho más tiempo para aprovecharlo'" (pág. 108)

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La cultura dominante en nuestras sociedades vincula, sin embargo, la felicidad con el consumo, y cancela toda consideración de una eventual felicidad que beba de la relación con otros y de la alegría común... la mejor situación para la naturaleza humana es aquélla en que nadie es pobre y nadie desea ser más rico ni tiene razón alguna para temer que pueda ser relegado por los esfuerzos de los demás para tomar la delantera (págs. 110, 111)

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Karl Korsch señaló al respecto que en realidad el nazismo poco más hizo que aplicar a los pueblos "civilizados" de Europa los métodos que con anterioridad se habían reservado para su despliegue entre las poblaciones salvajes que vivían al margen de la autodeterminada civilización (pág. 117)

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... como subraya Traverso, la lógica de los campos de concentración no era la de una empresa capitalista, producía cadáveres, no mercancías, su funcionamiento asumía, llamativamente, la estructura y los métodos de una fábrica. En ese mismo sentido, a igual que los campos nazis, el taylorismo reclamaba un obrero descerebrado, privado de cualquier suerte de autonomía intelectual y predestinado en exclusiva a desarrollar mecánicamente tareas uniformes: un hombre-buey o un gorila erguido. (pág. 119)

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Bauman ha tenido el coraje de subrayar que los sistemas que padecemos,, los que son ya una realidad, configuran una formidable maquinaria de producción de indiferencia moral... no es ajeno tampoco un procedimiento que invita a aprovechar la desgracia ajena para mejorar la posición propia... la satisfacción de muchos trabajadores resulta ser tanto más elevada cuando el salario de sus iguales es menor. (pág. 125 )

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... en general los conflictos bélicos y los desastres naturales han acabado por convertirse en negocios muy interesantes para empresas privadas sobre el papel entregadas a la tarea de la reconstrucción. (pág. 141)

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... en Palestina, el sionismo se antoja un modelo cabal de lo que significa llevar la "civilización" a tierras de bárbaros, y asentar al tiempo una singularísima búsqueda de un espacio vital, bien que no para civilizar a aquéllos, sino, literalmente, para expusarlos y, en su caso, aniquilarlos (pág. 151)

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La principal respuesta que, ante la crisis llamada financiera, han abrazado los principales centros de poder, en Estados Unidos como en la Unión Europea, es tan insuficiente como inmoral. Su propósito principal no ha sido otro que sanear un puñado de instituciones financieras desde hace mucho tiempo entregadas a prácticas lamentables, con el objetivo paralelo de que, cuanto antes, vuelvan a las andadas... los 700.000 millones de dólares inicialmente invertidos en el plan de rescate estadounidense permitirían resolver de una tajada los principales problemas planetarios en materia de sanidad, educación, alimentación y agua. Este dato, por sí solo, se convierte en un fiel retrato de las muchas miserias que tenemos entre manos (págs. 162, 164)

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... el crecimiento económico, idolatrado, no propicia una mayor cohesión social... facilita el asentamiento de un modo de vida esclavo que, al calor de la publicidad, del crédito y de la caducidad, nos invita a concluir que seremos más felices cuantos más bienes acertemos a consumir. (pág. 166)

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... Castoriadis: "Quienes preconizan 'un cambio radical de la estructura política y social' pasan por se 'incorregibles utopistas', mientras que aquellos que sólo son capaces de actuar a menos de dos años vista parecen, naturalmente, realistas". Más allá de esa aviesa conducta, bien sabemos que todo pensamiento radical y contestatario es tildado inmediatamente de extremista, violento y patológico. (pág. 171)

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Nuestra sociedad mundial es como el Titanic y, como éste, está amenazada de naufragio, aunque muchos alimenten la ilusión de que es insumergible. Por eso la tarea más solidaria y humanista hoy es aprovechar los años que nos quedan, antes de que sea demasiado tarde, para desguazar los camarotes y los salones de lujo del buque y con sus maderas y otros materiales ponernos a construir los botes salvavidas que faltan. (pág. 175)

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Alberto Acosta: "Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que viera cuán pobres eran las gentes. Estuvieron por espacio de un día y una noche, completos, en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:'¿Viste qué tan pobre puede ser la gente?'. 'Sí' '¿Y qué aprendiste?'. 'Vi que nosotros tenemos un perro en casa; ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina que llega de una pared a la mitad del jardín; ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio; ellos tienen las estrellas. El patio llega hasta la pared de la casa del vecino; ellos tienen todo un horizonte de patio. Ellos tienen tiempo para conversar y estar en familia; tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo'... Gracias, papi, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser'" (pág. 180)

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